martes, 13 de octubre de 2015


La Luna




Antes de comenzar porfavor colocate unos auriculares o cascos y pon el vídeo en marcha mientras disfrutas la lectura, gracias.





Imaginarse por un momento que somos astronautas y tenemos el objetivo de llegar a la luna.
Normalmente una nave tiene una tripulación y un lider, supongamos que el lider no sabe manejar nada de la nave si no que la maneja la tripulación.

Te levantas derrepente de tu siesta y ves que tu tripulación esta ciega, si ciega. Y observas que estáis llegando a la luna pero... un terrible asteroide se antepone a tu objetivo. ¿Qué hacemos? Damos vueltas como locos, gritamos a la tripulación nos ponemos nervioso y tristemente chocamos con el asteroide. Rebobinemos. Nos despertamos y vemos la situación de estrellarnos contra un asteroide, en un momento de lucidez nos encontramos una escalera, vemos a un tripulante que lo pasamos por alto y nos mira. En este instante la nave se detiene y el misterioso pasajero nos pregunta:

-¿Estás asustado? Sólo podrás detener la nave de una forma y es haciendo algo muy sencillo, mirame y dime ¿Qué cualidad tienes?

En ese momento nos quedaremos en blanco o sencillamente le diremos todo lo negativo sobre nosotros. En ese momento la nave colisiona contra el asteroide.

Con esto quiero decir que nosotros sómos los únicos capitanes y líderes de nuestras vidas, nadie tiene que ser un tripulante que maneje el timón de nuestras decisiones, porque llegará el momento en que la gente que maneja tu vida se quedará ciega al saber que tu tienes problemas serios y no podrás alcanzar tus metas. En ese momento la gente se quedará ciega y no podrá decidir sobre ti o simplemente... se tirarán de la nave. En ese instante aparecerá el tripulante misterioso que será la persona que verdaderamente estará a tu lado en esos momentos difíciles y te tenderá la mano para ayudarte. La respuesta es que ante la adversidad olvidemos los defectos y tenemos que gritar nuestras cualidades, de este modo la nave girará y tomará rumbo a la luna.  

jueves, 8 de octubre de 2015

La Guía del Principiante

 

 Tenemos un rompecabezas, aparece una puerta con un pequeño botón al lado, pero al abrirla observamos que hay un abismo negro y oscuro, la única penumbra se encuentra en la siguiente puerta que hay que abrir. Pero esta... no tiene botón para abrirla. 

Este problema lo podemos encontrar en nuestra vida cotidiana, como por ejemplo ¿Qué hacemos cuando estamos en medio de un problema? ¿ Buscamos el botón para abrir la otra puerta o nos estancamos y miramos el pasado a través de la puerta ya abierta? 

Nosotros nos encontramos en una habitación y nuestras metas se encuentran en otra distinta, pero para llegar a la habitación deseada debemos pasar por un pasillo lleno de retos, fracasos y maduración. Pero en el momento que llegamos a nuestra habitación o meta resulta que se encuentra vacía y sólo hay paredes. ¿Hemos llegado a nuestra verdadera meta? Pues debo decir que no.

A la solución del primer problemas es sencillo. El siguiente botón se encuentra en la parte trasera de la puerta abierta, tenemos que cerrar la puerta dejar atrás los problemas, dejar atrás el pasado que originó una serie de fracasos y dejar atrás los lastres sociales. Al cerrar la puerta veremos que la solución esta en esta y abriremos la siguiente. Muchas veces tenemos que hacer esto, cerrar una puerta abandonar el abismo y abrir la otra en busca de la felicidad pero no renegando del pasado y de nuestros errores.

Al segundo problema debo decir que en realidad es difícil llevarlo a cabo pero es de la siguiente manera. Al llegar a la habitación de nuestra "meta" creemos que ya somos felices, que tras cruzar esos pasillos tan estrechos y complicados ya hemos cumplido nuestro objetivo, pero no nos damos cuenta que debemos romper las paredes y ahí veremos que hay muchos más caminos y muchos más objetivos. Con esto quiero decir que las personas vemos y nos aferramos a lo que queremos ver o lo que nos dicen que debemos ver. Pero siempre hay que buscar algo que está ahí pero nadie lo ve, algo que deseamos pero no tenemos valor de llevarlo a cabo, me refiero a los sueños.